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                                 MANDALAS

La palabra MANDALA es de origen sánscrito y podemos definirla como “círculo encantado” o “círculo mágico”.

Si observamos, vemos que el Universo está organizado de forma circular y alrededor de un centro que se encuentra en interrelación permanente. Es así como, análogamente con la Naturaleza e inspirados en ella, los Mandalas acompañan al hombre desde tiempos inmemoriales y están presentes en las diferentes culturas.
Al observarlos, pintarlos o meditar con ellos, podemos entrar en un camino mágico y de sabiduría, que nos lleva de regreso a quienes somos realmente y también nos ayuda a conectarnos con el Universo del cual formamos parte.

En momentos de crisis o peligro, la Humanidad ha vuelto, de diferentes formas -como se observa en producciones de pueblos originarios- a lo circular. Esta búsqueda natural de autorregulación se ve acrecentada cuando en lo externo las personas no encontramos respuestas a las necesidades más profundas del ser.

Su diseño geométrico nos transmite estabilidad y equilibrio. De esta manera, podemos recuperar nuestra armonía innata y creatividad.

El Mandala puede ser una guía para ubicarnos en nuestro centro más profundo y así integrar los diferentes aspectos de nuestra vida. Puede ayudarnos también a superar la sensación de desintegración que tan frecuentemente se experimenta hoy en día.

A medida que profundizamos nuestro conocimiento en el Mandala, el potencial guardado en nuestro interior comienza a manifestarse cada vez con mayor intensidad.

 

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